“La
Pietá islámica” también conocida como “La primavera árabe”
es la fotografía tomada por Samuel Aranda ganadora del prestigioso
premio World Press Photo.
Esta
fotografía capturó un instante del enfrentamiento en Yemen, cuando
unos manifestantes en contra del presidente utilizaron una mezquita
en Sana para curar a los enfermos. La fotografía muestra a una madre
que tras varios días buscando a su hijo le encuentra herido en ese
improvisado hospital.
La
imagen, en formato rectangular, transmite dolor, tristeza, piedad,
impotencia... pero por otro lado también transmite esperanza ya que
a pesar de la tragedia todavía queda amor y compasión.
Si
fragmentamos la imagen teniendo en cuenta la sección áurea, los
puntos de mayor interés son las manos y las cabezas de ambos. A su
vez, podemos observar que hay varias lineas que están marcadas por
las diagonales de los brazos. Pero, sin lugar a duda, el punto de
mayor interés es el conjunto de las dos personas, ya que ambos
recogen todo el peso visual.
Según
la planificación de la escena, estamos ante un plano medio de dos
figuras, aunque dentro de él destaca un plano detalle de las manos.
Es una fotografía en la que hay profundidad de campo debido a la
distancia entre los personajes y la pared ya que es ven los elementos
de atrás, aunque hay poca perspectiva y la imagen se encuentra bien
enfocada.
Otro
punto muy importante es la iluminación. La luz entra por la parte
superior izquierda y se va degradando el color, lo que nos da la
sensación de claro-oscuro. Con esta iluminación tan oscura en la
mayoría de las partes y el juego de sombras en toda la fotografía,
se transmite ese dolor nombrado anteriormente junto a un sentimiento
de dramatismo. Esta iluminación da importancia al blanco de las
manos que contrasta con el negro traje de la mujer, haciéndonos que
inconscientemente centremos la mirada en como sujeta a ese chico
herido. En cuanto a la angulación, hay un poco de picado difícil de
observar a primera vista ya que es muy leve.
Otra
parte muy importante son los colores, se data de colores fríos
aunque en el cuerpo del hombre y en la pared destacan los colores
cálidos.
Por
último, hay que destacar el vestuario, se contrasta la túnica negra
de la mujer que la tapa de arriba a abajo con el cuerpo desnudo del
hombre.
Si
tuviéramos que valorar esta fotografía nos ha parecido muy
interesante de analizar ya que, aunque ha primera vista parezca
solamente un hombre apoyado en una mujer, al buscar la historia te
das cuenta de lo emotivo que es ese encuentro. También nos ha
parecido muy interesante la manera en la que contrasta el cuerpo
desnudo del hombre con la mujer cubierta con ese traje negro que no
deja ver ninguna parte de su cuerpo salvo sus manos, cubiertas por
esos guantes blancos que hacen que nuestra mirada se dirija a ellos,
haciendo así que creamos que es el objeto más importante de la
fotografía.
Hecho
por Marta Ballano y Teresa González
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